martes, 5 de marzo de 2013

El resinero moderno

Cuando cerrábamos nuestro deambular por el pinar de la mano del resinero de la primera mitad del siglo XX, nos visitó nuestro veterano amigo Alfonso Cuéllar con una nueva información. En ella hacía mención a los distintos sistemas de remondar que hasta el momento han existido, y así pasamos a transcribirlo.

El primer sistema, empleado hasta el final de la década sexta o principio de la séptima del mencionado siglo, fue el “Hugues”, que como ya hemos visto se basaba en quitarle al pino, mediante la azuela, hasta 1’5 cm de su madera superficial, dentro de la cara.

Pero los tiempos cambian. Aquí Luciano nos indica cómo se aplicaba el ácido
 en su fase de experimentación
El siguiente sistema, llamado de “pica de corteza estimulada”, (que es el importado por D. Valeriano Sanz García) se basaba en quitarle la corteza al pino (la roña) y añadirle una mezcla de ácido sulfúrico, caolín y cloruro de calcio. Sistema con el que el trabajo se simplificaba, al tiempo que al pino ya no era necesario quitarle madera.

Con este nuevo sistema la azuela tradicional pasó a ser herramienta de museo. El nuevo sistema presentaba algunos problemas de manipulación, por los vapores que desprendía, y de carestía de las materias primas, especialmente del cloruro cálcico, por lo que se siguieron haciendo pruebas con otros productos.

La pasta realizada a partir de lignosulfonatos, conocida como “pasta negra,” también presentaba problemas de preparación y descomposición, por lo que se llegó a la pasta “zeta”. Los componentes de esta nueva pasta son: ácido sulfúrico, como estimulante, y escayola (sulfato cálcico hemihidratado) como soporte.

Y del ácido líquido pasamos a la pasta, otra facilidad añadida. Nuestro joven
 resinero se nos muestra aplicando la pasta en el sistema actual (año 2002)
Y hasta aquí llegamos con esta breve e interesante explicación, ignorando si a partir de la “pasta zeta” han surgido otras. De todas maneras, sea una pasta u otra, el sistema sigue siendo el mismo (objetivo de este escrito).

Como final, parece que existe el sistema de arriba abajo. Sobre él no podemos aportar ningún dato, dado que lo desconocemos.

Resumiendo: 1er sistema, el Hugues, pica quitando madera; 2º sistema, pica de corteza estimulada con ácido. Con este sistema se dejó de quitar madera al pino; 3er sistema, pica de corteza estimulada con pasta; 4º sistema, de arriba abajo con pasta. Este sistema es el mismo, sólo que se empezaba a la altura del 5º año de campañas anteriores. Según nos dice el propio Alfonso, este sistema es el más productivo de todos los experimentados.

En la carta a nuestro amigo el carrero (señor Paulino) decíamos; “hoy hemos progresado tanto que ya no se elabora la resina (o muy poco)”. Es sobre este poco sobre lo que intentaremos hablar, aunque sea muy de pasada, para poder profundizar sobre algo que comentamos anteriormente.

Haciendo uso de las pocas imágenes grabadas que poseemos de aquel tiempo y comparándolas con las más actuales podemos observar que hasta la indumentaria del resinero podríamos decir que es distinta.

En la zona de “Los Torbisqueros” encontramos al joven resinero en plena faena
Una diferencia importante que encontramos es la cara en el pino y, dentro de la cara, la entalladura y dentro de ésta la pica, y además la herramienta. En la cara observamos que, efectivamente, debemos dar la razón al DCT 1ª ed., que en su pág. 739 dice que la componían un máximo de cinco entalladuras. Pero si nos damos un pequeño paseo por el pinar, todavía veremos las caras, ya cerradas por los años transcurridos, que nos muestran que allí hubo unos señores resineros que con mucho esfuerzo llegaron a siete entalladuras y que nos pueden corroborar que lejos de ser el 5º año el último del que se podía extraer la resina, por su baja producción, resulta que el 5º produce más miera que el 4º y el 7º más que el 5º.

En cuanto a la entalladura y la pica: si comparamos ambas con el método Hugues veremos que son distintas. En la actual, el resinero va ascendiendo con la pica más elevada en su parte derecha, mientras que en el método tradicional la pica asciende en forma de arco. Esto se debe (según nos comentan) a que facilita la tarea dado el tipo de herramienta que se usa en cada sistema.

Una observación que queremos hacer es que; según hemos podido ver en nuestros “paseos” (y por las fotos) por el pinar no se respeta el repulgo (entrecara) como se hacía en otro tiempo, condición indispensable para prolongar la vida productiva del pino. Si esto es así, debemos pensar que el futuro nos preocupa más bien poco. O sea que el sistema de producción de resina actual es finito. Si el pino ha conseguido sobrevivir (cosa que dudo) cuando le rodeemos de caras no le queda otro destino que la motosierra pero, mirando la foto, detrás de este pino sólo queda el desierto ¿dónde están los pimpollos? ¿Dónde está el futuro?

Diccionario Del Castellano Tradicional: debo reconocer que tiene usted razón cuando en su página 739 le asigna un máximo de vida de 25 años al pino de resina, pero sepa que usted no debe llamarse tradicional porque, tradicionalmente hablando, el pinus pinaster productor de resina (si no le condenan a muerte) puede producir resina durante muchísimos años más. Yo no tengo autoridad para poder afirmarlo pero si me merecen toda credibilidad los resineros que me han hablado de pinos resinados durante más de 75 años. Pero entiendo que usted es joven y tiene prisa. Por eso nada más rápido que la motosierra. ¿Después? ¡Después ya veremos!

Abundando un poco sobre producción y año, debemos decir que el año de menor producción es el primero (el año frío). Además es algo que creemos es fácil de entender: La savia (resina) se elabora en las aciculares hojas del pino: la zarambuja, y desde ahí se distribuye a todo el pino y también a las raíces. Resulta que si interceptamos esta bajada, de savia elaborada, donde el diámetro del pino es menor, la miera necesariamente estará más concentrada, pero si además le sumamos que el recorrido es menor, la pérdida también será menor. En resumen; más resina produce el quinto año que el cuarto y más el séptimo que el quinto, y el que menos, el primero.

Estos pequeños detalles y otros que, modestamente, iremos corrigiendo no tienen otra finalidad que cuando dentro de algunos, o muchos, años alguno de nuestros nietos busque información sobre el tema, ésta se aproxime lo más posible a la realidad.

En el apartado correspondiente a remondar decíamos que el resinero sacaba la seroja; o sea que le quitaba madera al pino. Debemos decir que la profundidad máxima que en el sistema antiguo podía darse era 1’5 cm. Esto era lo permitido, el resinero lo sabía y por tanto nunca lo rebasaba.

Con su permiso, mi hija le hizo las fotos que ahora os presentamos.
Aquí respeta la madera…
En esta fotografía apreciamos que, con el nuevo sistema, el pino conserva toda su madera. El resinero con su, nueva, azuela no llega más que hasta el líber, que es por donde circula la savia. Además añade el ácido, al que aludimos al principio de este escrito, y con ello facilita el lloro para que la resina fluya con facilidad hacia la hojalata y el pote. O sea que sí, que la savia (miera) desciende por el líber y es allí (y no en el corazón, como dice el DCT en su página 740), donde hay más resina.
... y con éste se elimina madera


La pica: en las fotos adjuntas vemos que nuestros resineros consiguen el mismo fin con distintas formas de remondar; el moderno con una suave pasada de azuela más el ácido, consigue lo mismo que el resinero del sistema Hugues con varios (hasta diez) golpes de azuela para sacar la seroja.

Llegados a este punto no queremos dejar de hacer mención sobre la forma en que llegó este nuevo sistema de extraer la resina hasta esta, nuestra, zona al menos.

Según nos cuenta Antonino Esteban, hombre mayor y experto resinero en sus años jóvenes, el sistema actual lo importó, al parecer de Alemania, o quizás Francia (salvo error), un químico, de Montemayor de Pililla, llamado Valeriano Sanz García. Este químico trabajaba en La Unión Resinera. Así nos lo dice y así lo contamos.

Gracias a las fotos que consiguió mi hija Olga el día 28 de Agosto de 2002, podemos apreciar la diferencia entre la producción de unos pinos y otros.


Con el mismo esfuerzo del resinero, el pino de la izquierda llenaba un pote, mientras que el de la
derecha, del mismo porte y lugar, llenaba tres
Creo haber dicho en la primera parte de nuestros comentarios (y si no lo digo ahora), que mientras un pino llenaba un pote, otro llenaba dos o más y aquí tenemos la muestra, no sólo porque veamos varios potes al pie de un pino y uno solo al pie de otro, sino que, si queremos apreciarlo, vemos que de una hojalata cuelga una gota y de otra varias. ¿Por qué ocurre esto si los pinos están en el mismo entorno? Pues oiga ¿qué quiere que le diga? ¿Y por qué es usted más guapo y más inteligente que yo? ¡Pregúntele a la madre naturaleza!

Banqueto a medida del resinero (izq) y banquetos con soporte (der) construidos por la Madre Naturaleza

Otra de las diferencias apreciables gracias a las fotografías, es en los banquetos, que si bien guardan similitud, en el del resinero moderno no se aprecian escalones y en el antiguo sí. Con este trípode sería imposible remondar hasta el final de la cara, pero para eso existen los banquetos de varias alturas, como podemos ver en las fotografías adjuntas.

La siguiente pequeña corrección sobre lo que dice el DCT en su página 739, que nos permite la fotografía, es que cuando se rodea al pino con cuatro o cinco caras (como dice el diccionario) no se abandona su elaboración

Por la fotografía (inferior) podemos constatar que si al rodear el pino de caras (5 ó más) éste sigue fuerte y la primera ya ha cerrado lo suficiente, se le sigue abriendo cara nueva por la entrecara o repulgo que se dejó hace 25 ó los años que pudieran haber transcurrido desde que se abrió la primera cara. Respecto del número de caras que se podían abrir, o se abrían, dependía del diámetro del pino y de su vitalidad. Entonces; si tenemos en cuenta que en el siglo pasado nuestros pinares eran mucho más frondosos (entre otras causas porque estaban más cuidados) y si además le sumamos que había pinos mucho más longevos que ahora, lo lógico es que fueran mucho más corpulentos, con lo que nos permitían un mayor número de caras. Si además le sumamos que la cara la formaban siete entalladuras, pues el resultado es que un pino de los que había, por ejemplo, en El Puente de las Cabras de Camporredondo, muy bien podía tener más de 50 años de producción y puedo asegurar, porque los conocí, que gozaban de una salud envidiable. Pensemos: los pinos de que hablo los abrieron (según nos dice Antonino) sus abuelos a principios del siglo XX o quizás finalizando el XIX (comienzo de la explotación en la zona). Si estos mismos pinos, doy fe, en 1960 aún seguían en producción, nos daremos cuenta que la vida útil del pino resinero está muy por encima de lo que nos dice, erróneamente, algún diccionario poco riguroso.

Otra cosa es si nos referimos al pino resinero hoy. Pero esto sería falso, porque si nos esperamos un poco más quizás el pino resinero, y otros, al ritmo que vamos desaparezcan, pero eso no querría decir que nunca existieron. Resumiendo: el pino negral o resinero si se le respeta, tiene una vida productiva muy por encima de los máximos 25 años de producción que le asigna el DCT 1ª ed. en su página 739.

Como final a nuestra humilde explicación sólo añadir la foto de un grupo de cubas en el cargadero, esperando para ser distribuidas. Lamentando no poder compararlas con las de tiempos pretéritos, por lo que nos limitaremos a decir que aquellas eran de madera, si bien su capacidad era igual o similar a estas metálicas. Que aquellas se transportaban en carros de llanta de hierro tirado por animales y cargadas por un hombre sin más ayuda que dos palancas, y que estas llegará el “carrero” moderno, sentado en su tractor, que también dispondrá de aire acondicionado, y sin más que manejar una palanca la cuba será transportada hasta donde el resinero diga y que una vez llena moverá la misma palanca, para depositarla en el camión de gran tonelaje que la transportará hasta la industria transformadora sin haberla tocado con la mano.

Sólo me queda decir: ¡OJALÁ HAYA CIELO!

Cubas en el cargadero. Cuando yo era niño las cubas eran de madera
Algo que se me ha pasado, y que no quiero dejar de comentar, es que desde la llegada de los nuevos sistemas de resinación ya no se rae. O sea que la resina que queda adherida en la entalladura se pierde. ¿Falta de rentabilidad?


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