sábado, 27 de septiembre de 2014

En Camisas de Once Varas: Estar de mal año.

Admiraba la Desi una fotografía y comentaba al viejo Eloy lo guapo que le habían sacado. El viejo Eloy en un alarde de vanidad añade: "este que está a mi lado es el señor alcalde" "¿este fuerte que chupa el puro?" "Ése".

"Soltó una risotada la Desi y se palmeó el muslo".

"No dirá que está de mal año".

La Desi nos da a entender que el alcalde come bien, por lo menos come mucho, lo cual era raro allá en el pueblo de la Desi en los años que la cosecha no había sido óptima.

Hubo un tiempo en que la salud aparente se medía por el volumen de grasa acumulada bajo la piel más que por el tono muscular. Esto es fácil de entender si nos situamos en el tiempo en el que el hambre se paseaba por las calles del pueblo y muy a menudo se metía en las casas por las rendijas de las puertas desajustadas.

De ahí nació la exclamación: ¡qué lucido está! "¡No dirá que está de mal año!" Era una exclamación lógica, si tenemos en cuenta que en los años en que la cosecha era mala el año era considerado como malo y, por tanto, se comía menos.

En el Diccionario de Expresiones Populares en la Narrativa de Miguel Delibes”, página 103 encontramos:

Estar de mal año: Locución adverbial: No tener salud, no tener suerte.

Si no estuviéramos hablando de “La Hoja Roja” de Delibes, no habría nada que comentar; pero hablamos de las palabras de la Desi, y la Desi es de pueblo y en el pueblo lo que quiere decir estar de buen o mal año es lo que más arriba hemos comentado que, como queda claro, poco o nada tiene que ver con la salud o la suerte sino con el aspecto físico medido en kilogramos/persona.

O sea que lo que queremos decir es que en el pueblo estar de buen o mal año dependía de los kilos de grasa acumulada en el cuerpo, tejido adiposo que se acumulaba si el año había sido bueno. Por eso la Desi dice del alcalde

“NO DIRÁ QUE ESTÁ DE MAL AÑO”.

2 comentarios:

  1. Así es, y muy bien explicado el origen de la locución. No conozco el libro que citas, pero me parece que está a la altura de los otros del "experto". Muy riguroso. ¡Ay, Señor, Señor!

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  2. Pues el libro es el número dos de los titulados"Diccionarios en la narrativa de Miguel Delibes". Fue el segundo de mis frustraciones sobre la obra de Delibes y el tercero en el que sentí pena por el poco respeto encontrado hacia el mundo rural. Pero no importa, es solo la opinión de un hombre de campo.

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