martes, 4 de julio de 2017

Más cosas y más palabras

Aquella noche serena de mayo hacía presagiar una mañana espléndida. El paseo por la cañada del camino de Portillo se presumía muy agradable, por lo que muy temprano -todavía obscuro- con la claridad que nos proporcionaban las bombillas de 15 bujías repartidas por las esquinas del pueblo, nos cogimos del bracete y… ¡a caminar! dijimos.

Quizás la mañana invitaba a burrear, pero no, supimos ponerle calma, sosiego, al paseo y seguimos caminando sin acelerar el ritmo cardiaco más allá del necesario para compensar el esfuerzo requerido al caminar cuesta arriba.

Amanecía cuando -por el barco- coronábamos la cuesta hacia el páramo. Justo antes de entrar en “El bosque”, mi esposa -a mano derecha- descubrió unos pájaros enormes que careaban en un campo de yeros. Mira: las avutardas, me dijo. Volví la vista en dirección a Montemayor y enseguida me di cuenta de que era un grupo barbones. Así se lo comenté sin dejar de caminar. Mi amor, extrañada, replicó: pero es lo mismo ¿o no? No, le dije, el barbón forma parte del grupo de las avutardas, pero ésos son los machos: los barbones.

Oye, preguntó mi mujer, ¿qué cábida tendrá esta tierra de yeros en la que picotean los barbones? Quizá dos obradas y tres cuartas… a todo tirar; así calculé a ojo de buen cubero.

Al llegar al pinar me llamó la atención la cantidad chotas que sobre las copas de los albares se veían y comenté a mi acompañante: ¿te has fijado? ¡Vaya cachapada de piñas que hay este año! 

Unos pasos más y el olor del tomillo, sardinilla, cantueso, estepa… hacían la delicia de nuestro paseo. Caminamos un rato entre el pinar y el labrantío, en dirección este, hasta bajar por la cañada de Carramambres en dirección al hogar donde nos esperaba la casca: el rico almuerzo del segador. dos huevos, un torreno (torrezno) y la tajada de la olla; mezclado todo con el pan candeal, lechuguino, reciente, que acababa de dejar el panadero.


Barbón: macho de la avutarda. Internet, José María Rodríguez Cidoncha.
BARBÓN.- Macho de la avutarda.
Lo mismo que se habla del rebaño de ovejas, -soslayando que el rebaño también lo componen los carneros- se dice del bando de avutardas, no diciendo que el bando lo componen las hembras y los machos: barbones. A la vista de la fotografía creo que no será necesario explicar el por qué se le llama barbón: las hembras no tienen barbas.
El DLE no recoge esta palabra si no es como barbudo, cabra, o fraile cartujo lego.

BRACETE (Cogidos de, o del).- Se dice cuando la mujer se coge del brazo del hombre. “Los vi que iban paseando cogidos de, o del, bracete”.
El DLE –muy actualizado, y muy correctamente- lo recoge como “con el brazo asido al de otra persona”.
En otro tiempo el ir cogidos de –o del- bracete sólo era entendido, en el mundo rural, entre pareja hombre y mujer.

BUJÍA.- Unidad de intensidad luminosa empleada en lugar del actual vatio. Equivale a la luz proyectada por una vela encendida. Las primeras bombillas que recuerdo en mi pueblo (allá por los años 1940) eran de 15 bujías, o sea, el equivalente a 15 velas encendidas.

BURREAR.- Hacer burradas. Hacer cosas a lo bestia, sin usar el raciocinio.
El DLE no recoge esta palabra.

CÁBIDA.- Aforo de un tonel (medido en cántaras). Superficie de un terreno (medido en obradas, fanegas etc.). Capacidad de una cosa para contener otra.

El DLE sólo la admite sin acento. Por tanto CÁBIDA debemos aceptarla como palabra rural.

CACHAPADA.- Gran cantidad de la cosa. "Junamos (vimos) una cachapada de jabalíes" "te lo dije una cachapada de veces etc."
Palabra no recogida en el DLE.

CAIDO.- Lo mismo que caído sin acento en la i.
Palabra que tantas veces escuché en mi niñez: “me he -o te has- caido” y que hoy no se entiende sin acento. Por eso el DLE no la recoge.
Se emplea la palabra caído -con acento- cuando la relación entre el peso bruto y la tara es grande. Se dice: tiene mucho caído. En este caso sí que lleva acento. Valga un ejemplo: se pesa una res para carne y si, después de sacrificada, se vuelve a pesar y la diferencia es grande, se dice que tiene mucho caído (mal negocio ha hecho el comprador).
Cabe pensar que en lenguaje rural se le da sentido distinto a la palabra caido (porrazo que te das por caer) que a la palabra caído, relación existente entre el peso bruto de la cosa pesada y el neto. La diferencia es la tara o parte inservible: caído.

CALENTAR.- Pegar. “No hagas eso que te caliento”.
El DLE la recoge como -forma coloquial- dar azotes a alguien.

CASCA.- Comida. Se refiere al sustento diario, mantención (manutención en lenguaje académico). “Se ajustó por un tanto -en dinero- más la casca”.
El DLE no recoge la palabra con esta acepción.

Camporredondo, 17 de junio de 2017



2 comentarios:

  1. Querido Gaude: una delicia el relato elaborado para ilustrar las palabras y muy interesantes los comentarios sobre las mismas. Se me ocurre que quizás "cachapada" pueda estar relacionada, en su origen, con "capacho". Abrazos,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siento no poder satisfecer tu curiosidad, pero es posible que haya existido un baile de letras y quizás pueda referirse al capacho como gran cantidad de... garbanzos que caben, por ejemplo en él, no lo sé. Lo que sí puedo decirte es que la palabra, al menos durante el siglo XX, fue cachapada, haciendo alusión a la gran cantidad de la cosa de que se habla.

      Una cachapada de abrazos Luciano.

      Eliminar